viernes, 3 de abril de 2009

Bajo la lluvia

La luna blanca ilumina casi magistralmente tu pequeño cuerpo frente a mis ojos. La brisa suave y encantadora hace volar tus cabellos cortos como si moviera finas nubes en el cielo. Y yo no puedo sacar mi mirada de ese cuerpo perfecto y angelical. Y de mi memoria no se va ese día que me juré protegerte y acompañarte toda mi vida.
Me juré que no sufrirías daños, me juré que mataría a cualquiera que te lastimara.
Ahora estas aquí, junto a mí, sonríes poco, y eres algo frío e indiferente... pero no sufres... no sufres porque estoy aquí cuidante.
-Qué tanto me miras?
Me dices con tu voz fría. Yo solo te sonrío.
-No puedo mirarte?
-No... me pones nervioso...
-Lo siento... pero no puedo evitarlo...
Te sonrojas por que sabes que me tienes embelesado, yo me río, te ves adorable con tus mejillas teñidas de rojo suave.
Levantas la cabeza al cielo.
-Lloverá...
Es verdad... nubes negras comienzan a inundar el azul oscuro de la noche. Pronto finas gotas comienzan a caer, mojando tu rostro en un principio, para luego recorrer tu delicioso cuerpo.
Envidio mucho a las gotas de lluvia.
-Puedo abrazarte?
Tú me miras con tu rostro sin expresión, ya bastante mojado por la lluvia y asientes levemente.
Yo salgo de abajo del sauce donde reposaba y me encamino bajo la lluvia hasta ti.
Tus brazos envuelven mis caderas y tu cara la reposas en mi vientre, incluso te pones en puntas de pie. Je... eres muy pequeño.
Yo acaricio tu espalda y siento pequeños movimientos.
-Estas llorando?
-No... es la lluvia...
Continúo acariciándote. Temiendo que te apartes de mi lado.
-Te amo lo sabias?
-Yo te amo a ti...
Vuelvo a sonreír...
No me importa que seas algo frío e indiferente...
Esta es la razón por la que decidí protegerte y quedarme a tu lado para siempre